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Tu Receta Vegana

Pasta dental sin fluor para dejar de envenenarte. Toda la verdad

Crema dental sin fluor

La pasta dental sin flúor se está abriendo camino en nuestras vidas, ¿quieres saber por qué? Hoy vamos a hablar de uno de los temas que más controversia están generando en los últimos tiempos: los perjuicios que el flúor está produciendo en nuestro organismo.

En concreto, vamos a centrarnos en el tema dental, a través de las clásicas pastas de dientes con flúor que venimos usando «toda la vida» para «luchar contra la caries» y proteger nuestros dientes. Y es que están en el ojo del huracán, debido a la toxicidad de este elemento, y a que no son pocas las voces que reclaman el uso de la pasta de dientes sin flúor como alternativa saludable.

¿Cómo es posible que la pasta dental con flúor sea tóxica?

A mucha gente le cuesta concebir que algo que está tan extendido pueda ser tóxico. Es más, parece no tener sentido que el flúor sea tóxico y que al mismo tiempo las autoridades lo permitan. Sin embargo, no hace falta echar a volar la imaginación para encontrar muchos ejemplos en los que podemos ver cómo en el pasado había productos que hoy se consideran tóxicos – y están prohibidos – y que antes no lo eran. Incluso, su uso estaba plenamente extendido.

Por ejemplo, antes, las tuberías de todos los hogares estaban hechas de plomo. Y hoy eso es impensable. O, cuando en la agricultura estaba extendido el uso del DDT, y hoy está prohibido. También podemos mencionar el amianto…

Las autoridades sanitarias son lentas

Lo que quiero decir con esto, es que las autoridades suelen tardar en reaccionar ante casos de este tipo,  a veces, décadas, pero al final, se produce una prohibición. Y este es el caso del fluoruro de sodio, el cual se encuentra en nuestras pastas de dientes, y que deberíamos tomarnos mucho más en serio.

¿Cuál es el problema? Que las autoridades sanitarias no consideran que el flúor sea perjudicial. Y esto viene, como no podía ser de otra forma, porque los mismos que les venden los productos fluorados les aseguran que no existe peligro alguno. Según ellos, las dosis en las que se presentan estos compuestos en las pastas de dientes no son significativas para perjudicar a los seres humanos. Pero, como es lógico, ¿qué te va a decir un vendedor? Pues que su producto es maravilloso, y que lo mejor que puedes hacer es comprárselo. Así que, hacerle caso al vendedor no debería ser el primer criterio a seguir en estos casos, si no se quiere pecar de ingenuo.

Concentración, sensibilidad y repetición

En concreto, se suele decir que la concentración es de una parte por millón. Sin embargo, lo que se debe tener en cuenta al analizar el efecto de un veneno, en estos casos, no es la cantidad, sino la sensibilidad a ese veneno, además de la repetición de la ingesta. En este caso, si la pasta de dientes que contiene flúor se suele utilizar hasta tres veces al día, la toxicidad está asegurada.

No sé, no me convence. ¿Quién lo dice?

La American Medical Association de los Estados Unidos (AMA), dictaminó que «los fluoruros son venenos protoplasmáticos generales, probablemente, por su capacidad para modificar el metabolismo de las células, cambiando la permeabilidad de la membrana celular y provocando la inhibición de ciertos sistemas, mediante una enzima».

Todo esto es bastante peligroso, debido a que, en primer lugar, se afirma que el veneno puede afectar a todo el cuerpo. Segundo, el hecho de que la permeabilidad de la membrana celular sea alterada es muy alarmante. Y es que ésta realiza sus funciones de protección y regulación, para que la célula pueda protegerse y excretar aquello que le sobra.

Además, Axel Hugo Theodor Theorell, Premio Nobel de Fisiología o Medicina en el año 1955, que estudiaba sobre la química de las enzimas, afirmaba: «el ion fluoruro ejerce su efecto tóxico mediante la inhibición de la acción de muchos sistemas enzimáticos».

Por otra parte, científicos de la Universidad de Cambridge llegaron a la conclusión de que las concentraciones de fluoruro de sodio inhibían el crecimiento de los tejidos humanos.

Por su parte, según la OMS, el flúor puede producir graves problemas de caries (qué ironía), entre otras afecciones digestivas. De acuerdo con los datos de las investigaciones, el uso continuado de este compuesto químico perjudica y debilita el esmalte dental, llegando incluso a desgastar los huesos.

Esto se pone interesante.

Otras fuentes

De acuerdo con Dean Burke, Instituro Nacional del Cáncer: «El Flúor causa más muertes humanas por cáncer, y las causa más rápidamente, que cualquier otro químico».

United States Department of Agriculture, USDA: «A nivel mundial, los Fluoruros en el aire han causado más daño a animales domésticos que cualquier otro contaminante del aire» .

Dr. John Yiamouyianni:  «Jamás añadiríamos a propósito Arsénico o Plomo al agua, pero agregamos Flúor. La verdad es que el Flúor es más tóxico que el Plomo y sólo ligeramente menos tóxico que el Arsénico.»

¿Qué más problemas causa la pasta de dientes con flúor?

Muchísimos más. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Reducción en la producción de melatonina, que es la hormona que regula el sueño. Esto provoca una mayor absorción de aluminio en el cerebro, produciendo toxicidad en el organismo. Los problemas son claros: desajustes en el desarrollo cognitivo, depresión del sistema inmunológico, afectaciones de enfermedades autoinmunes y causando hipotiroidismo, entre otras cosas.
  • Riesgo alto de toxicidad renal en personas mayores de cincuenta años.
  • Posibles mutaciones genéticas.
  • Infertilidad masculina.
  • Cáncer de huesos, al producir un mutágeno sobre células sanas.
  • Problemas de coagulación.
  • Enfermedades cardiovasculares, entre ellas, la disfunción cardíaca.
  • Molestias reumáticas, sobre todo, en grandes articulaciones.
  • Hipocalcemia.
  • Otosclerosis, provocando pérdida de audición.
  • Sumisión y pérdida de la voluntad.

¿Y, cuál es el origen de todo esto? ¿Por qué usamos dentífricos con flúor?

Algunos de los compuestos ampliamente usados en pastas de dientes y en el agua potable de muchos países del mundo, tales como el Fluoruro de Sodio, el Fluosilicato de Sodio, y el Ácido Fluosilíceo, vienen de los procesos de fabricación de las industrias del acero, del aluminio, la industria de fertilizantes y la nuclear.

En los años 30, ya se produjeron importantes investigaciones, por parte de las empresas productoras de flúor, como ALCOA, que confirmaban efectos nocivos de éste. A partir de aquí, y tras décadas de manipulación mediática, se consiguió darle salida de muchas maneras, entre ellas, mediante la pasta dentrífica y el agua.

¿Meterías voluntariamente un veneno en tu boca?

Las pastas de dientes con flúor siguen publicitándose como el único dentífrico posible para cuidar nuestra boca. Es más, en la mayoría de los comercios, es casi imposible encontrar alguna otra pasta de dientes que no tenga flúor. Y esto, a pesar de todos los indicios que confirman su toxicidad y sus efectos nefastos en nuestra salud. Ahora, la pregunta está clara: ¿meterías voluntariamente un veneno en tu boca? La respuesta es obvia. ¿Serías capaz de seguir usando pasta de dientes fluorada con toda la información que tienes ahora? Yo no. Y, ¿qué hacemos?

Pastas de dientes sin flúor

Pues la alternativa está clara. Afortunadamente, existen pastas de dientes que no contienen flúor. ¿Cuál es el problema? Pues, principalmente dos:

1) Que son más difíciles de encontrar.
2) Que son más caras.

La verdad es que, a veces, a uno se le queda cara de tonto cuando tiene que pagar más por algo más sano. Da rabia que lo que es malo para nuestra salud salga tan barato al bolsillo, mientras que lo que nos hace bien sea tan caro. Pues sí. Pero es lo que hay.

También hay otras fórmulas caseras para lavarnos los dientes, aunque yo he probado algunas de ellas y no me han convencido (esto es muy personal, sé que hay gente que las usa). En mi caso, tomé la decisión de pagar más dinero por estar más sano. Ya lo tengo asumido, al fin y al cabo, la comida ecológica también sale más cara, entre otras cosas saludables. Sí, ya sé que sale más barato comprar un 2×1, o un 3×1 en pastas de dientes, que salen bien baratas. Al final, la decisión es tuya.

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