Ponemos una olla al fuego con agua que cubra los tomates. Cuando empiece a hervir ponemos el fuego al mínimo y dejamos que se hagan unos 5 a 8 minutos.
Comprobamos que el tomate está blando y lo colamos y escurrimos.
Ponemos una servilleta de papel en un plato y colocamos los tomates encima para quitarles toda el agua que podamos.
Preparamos la conserva de tomates secos
En un bote hermético introducimos los tomates y el resto de ingredientes. Es decir, añadimos el orégano, la pimienta y los ajos. Además, añadimos aceite de oliva de forma que cubra todo.
Tapamos y dejamos macerar el tiempo deseado. ¿Cuánto tiempo? Depende de tu gusto. Por una parte, se pueden comer desde ya, ya que están muy buenos así. Por otra parte, a partir de dos semanas ya tienen sabor a orégano y el resto de ingredientes. En cambio, si tienes paciencia y los conservas bien, puedes esperar meses sin problema. En este último caso, el ajo se oscurece y está muy rico.
Notas
Por supuesto, puedes usar otro tipo de aliño. Es decir, otras hierbas, otras especias u otros ingredientes. Esto es a gusto del consumidor. Dale rienda suelta a tu creatividad.
Primero, puedes probar a hacer la receta tal y como te la propongo y decidir después si a la próxima te apetece cambiar algo.
Ya verás que no necesitas comprar tomates secos en aceite del mercadona o lidl o de ningún otro supermercado. Los tuyos estarán más ricos.
Úsalos en otras recetas. En este blog iré compartiendo algunas.