Se lava bien la quinoa un par de veces para eliminar la saponina, que es lo que le produce el amargor.
Otra forma de lavarla es dejarla en remojo un par de horas, lo cual es recomendable para eliminar los antinutrientes. Luego se desecha el agua y se la lava ligeramente.
Tostar la quinoa en la sarten, sin aceite, hasta que quede muy ligeramente dorada (este paso es opcional).
Se coloca en un cazo la quinoa y el doble de agua, o un poquito menos. Es decir, se pone 1 medida de quinoa por 2 de agua (o 1,5, dependiendo del fuego que uses)
Se tapa y se deja cocer a fuego lento por entre 15 y 20 minutos. La idea es que se consuma toda el agua y no se pegue la quinoa al cazo.
Debe quedar la quinoa hinchada, más o menos del doble de tamaño que cuando estaba seca.
Ya está la quinoa hecha. En este momento, se la puede agregar a infinitas recetas.